Hercúleo
La vida es un contrato que la muerte no respeta, menos aún cuando atraviesas momentos difíciles. Es como si la misma muerte susurrara que a su lado todo duele menos, que tal vez, allí, muy cerca de ella, está la forma más pura —y definitiva— de ser feliz. A los ojos de la tristeza, eso se vuelve tentador. Entonces uno se pregunta: ¿por qué no simplemente dejar que suceda? ¿Por qué resistirse? Y sin embargo, ahí estamos, tercamente aferrados a la vida, incluso con las manos llenas de daño, incluso cuando duele más de lo que alivia. Tal vez sea porque, por más sombría que parezca, esta dimensión es la única donde las oportunidades existen. Donde el amor, la belleza, los errores, las segundas veces, todavía son posibles. Y aunque no siempre se note, algo en nosotros aún quiere quedarse. Aunque sea solo por si acaso.
Camila.crespo blogspot.com
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