¿Y si este momento no se acaba?

Esa sensación no la podía contener porque era hermosa. A veces sentía que vivía en una película antigua, en un cuento medieval… y en ese instante todo parecía un sueño. Tal vez era por el frío y la llovizna que caía suave, o quizá por la canción de piano que sonaba lenta y tranquila, como si guardara un secreto escondido.

Después de escribir, se sentía ligera, como si hubiera dejado un susurro en un diario invisible. No sabía si esa calma sería pasajera o si, al salir de casa, se desvanecería como humo.

Le gustaba pensar que vivía en una fantasía. Quizás siempre lo había hecho. Intentaba dar color a su vida, romantizar cada instante, porque esa esencia de escritora desesperada no la dejaba en paz. Continuaba escribiendo porque era la única forma de sentirse tranquila, aunque nadie lo notara. Ahora estaba bien, y no quería que acabara.

Se imaginaba como una chica recorriendo las calles de Londres, descubriendo rincones ocultos que los demás no veían. ¿Qué sería lo que descubriría ella? Aún no lo sabía, pero la idea la emocionaba. La brisa tenue, un vaso de té caliente y su mente viajando a otra época la hacían sentir que no pertenecía a este tiempo. Desde el principio lo había presentido: había nacido en la fecha equivocada.

Quería bailar bajo la lluvia, reír sin que nadie la mirara, correr descalza, llevar vestidos con lazos y coronas de flores. Quería ser feliz de esa manera, tan sencilla. Y aunque sus frases a veces parecieran perderse, siempre guardaban pedacitos de mundos secretos que solo ella conocía. Escribir la sanaba, le abría pequeñas puertas hacia lugares donde podía quedarse.

Sus libros la esperaban, pacientes, como si supieran que algún día regresaría a ellos. Ahí estaba el único viaje que realmente le pertenecía.

Amaba su vida de fantasía. Amaba el arte. Amaba ese misterio suave que la acompañaba, como una brisa que le recordaba que todavía quedaban cosas por descubrir.

Camila.crespomenacho↠




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