¿Quién sostiene hoy las flores?
Se preguntaba mil veces si aquel ser había sido feliz, como si su alma tuviera que cargar con lo que él callaba, como si sus pasos fueran responsables de decisiones ajenas. Un día su vida se partió en dos y le impusieron la elección imposible: decidir por lo que nunca fue suyo.
En sus manos quedaron flores, flores que lloran en silencio, flores que reclaman respuestas que jamás pidió heredar. Y mientras las sostiene, también sangra; porque las espinas no distinguen entre quien promete y quien termina cuidando lo prometido.
¿Qué fuerza lo llevó a tomar aquella decisión, qué impulso fue más fuerte que las promesas que parecían eternas? Nadie lo sabe. Y tal vez nunca haya respuesta.
Ahora ella camina con la carga de sostener las flores que quedaron, disimulando las grietas, aparentando firmeza mientras la tormenta le atraviesa por dentro.
Para él, olvidar fue sencillo; siempre lo fue, siempre lo será. Para ella, en cambio, quedó la condena de seguir con las flores en las manos, tratando de contener el desangrar de sus años por las espinas, porque no pudo cuidarlas.
Camila.crespomenacho↠
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